viernes, 9 de abril de 2010

Primeras cuatro imagenes del libro

Manual de guitarra 1
Manual de guitarra 2 Manual de guitarra 3 Manual de guitarra 4
Como no podía ser de otra manera, las páginas del mejor libro para autodidactas de la guitarra también estará aquí.
Espero que lo disfruten!

Intro por Lee Dickson

El Manual de Guitarra es imprescindible para todo guitarrista, sea cual sea su nivel, porque siempre hay algo que aprender.
Yo lo encuentro imprescindible en todos los aspectos.
Lo he llevado por tres veces a las giras de Eric por todo el mundo.
Ha estado en Australia, Nueva Zelanda, Hong Kong, Singapur, Japón, Argentina, Chile, Brasil y el resto del circuito mundial.
Lo tengo siempre en mi maleta, ya que una vez que empiezas a leerlo se hace muy difícil dejarlo.
La verdad es que no se me ocurre mayor elogio.

Lee Dickson, 1992
Técnico de guitarra de Eric Clapton

domingo, 28 de marzo de 2010

Intro por Robert Fripp

Desde que se publicò la primera ediciòn de este libro, la tecnologìa y el modo de tocar la guitarra han cambiado considerablemente.
En 1981 todavìa existìan prejuicios contra la competencia y el conocimiento.
En la actualidad, damos por supuesto que cualquier guitarrista debe estar familiarizado con toda clase de escalas y ritmos "exòticos": es normal que se le pidan efectos de tapping o que puntee semicorcheas a 152 pulsaciones por minuto.
Las unidades de mùltiples efectos, pequeñas y relativamente econòmicas, se han hecho màs pequeñas y màs econòmicas.

jueves, 25 de marzo de 2010

Intro por Andy Summers

Cuando conseguì mi primera guitarra, una española vieja y hecha polvo, ésta sòlo tenìa cinco cuerdas. 
No añadì la sexta cuerda hasta pasados los seis meses, y por entonces ya empezaba a darme cuenta de la posibilidad de afinar el insrumento.

Mis primeros acordes de Mi, Si y La Séptima los aprendì fijàndome en las extrañas posturasque ponìan algunos chicos màs mayores que yo, en el patio del colegio, para acompañarse mientras cantaban enérgicamente una canciòn titulada "Worried Man".
A pesar de la ansiedad y deseperaciòn que amargaron mis primeros pasos autodidactas en el arte de la guitarra, yo ya estaba enganchado sin remedio, y las constantes sùplicas de mi madre para que "dejara de golpear aquel maldito cacharro y me pusiera a hacer los deberes" caìan en oidos sordos.